Como de costumbre, la artista se inspira en la arquitectura y el diseño. En este caso, rinde homenaje a Kaws, una figura que revolucionó el mundo del diseño. Predomina el color terracota y la obra evoca el universo de Hockney y de Chirico. Nos sumerge en un lugar indefinido, propicio a la introspección, donde nunca sabemos realmente dónde estamos.